
Hoy, como cada 15 de julio, se celebra el Día de la Igualdad en la Argentina, dado que se conmemora la sanción de la Ley 26.618, o “Ley de Matrimonio Igualitario”.
La normativa representa una reivindicación de los derechos humanos y salda una deuda con la igualdad y la libertad de elección de los ciudadanos argentinos.
Argentina fue el primer país de América Latina en otorgar este derecho a personas del mismo sexo, y el décimo en el mundo en consagrarlo.
En el escenario internacional, el primer reconocimiento legal a una pareja del mismo sexo fue en 2001, en Países Bajos; Canadá, por su parte, fue el primer país que reconoció el matrimonio igualitario fuera de Europa.
En el ámbito local, el Artículo 2 de la Ley argentina de Matrimonio Igualitario señala: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos, con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.
El Día de la Igualdad en la Argentina constituye una jornada significativa para la sociedad e invita a la reflexión y a la ampliación de derechos relacionados con la libertad.
El 15 de julio de 2010, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina y el décimo a nivel mundial en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Han pasado 15 años desde la sanción de la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario, un aniversario que no solo invita a la celebración, sino también a la reflexión sobre el impacto profundo que esta legislación ha tenido en la sociedad argentina y en la lucha global por los derechos de la comunidad LGBTIQ+.
La aprobación de esta ley no fue un camino sencillo. Fue el resultado de años de activismo incansable de organizaciones de la diversidad sexual, que llevaron la demanda de igualdad al debate público y al Congreso Nacional. La sanción de la ley representó una victoria histórica para la igualdad de derechos, desafiando prejuicios arraigados y abriendo camino a un cambio cultural significativo.
La decisión de Argentina de legislar sobre el matrimonio igualitario tuvo un efecto dominó en la región. Su liderazgo inspiró a otros países de América Latina y el Caribe a avanzar en sus propias legislaciones, consolidando un movimiento regional por la ampliación de derechos para la comunidad LGBTIQ+. Países como Uruguay (2013), Brasil (2013), Colombia (2016), Ecuador (2019), Costa Rica (2020), Chile (2021) y México (con avances progresivos en sus estados) siguieron los pasos de Argentina, en un proceso que continúa hasta hoy.
Además de permitir el matrimonio, la ley argentina también otorgó a las parejas del mismo sexo todos los derechos y obligaciones que implica el matrimonio civil, incluyendo la posibilidad de adoptar conjuntamente. Esto garantizó una igualdad plena ante la ley, eliminando discriminaciones y asegurando la protección de las familias homoparentales.