“El secreto es que me encanta lo que hago”
El suyo es el típico caso de vocación y de amor por lo que se hace. No hay que dar muchas más vueltas para definirlo. Por eso y muchas otras razones, quisimos reconocer a Adriana Juárez, queridísima enfermera del Centro de Atención Primaria de la Salud de Blanca Grande.
Después de 27 años en funciones, mantiene las mismas ganas de los primeros días. Vive en Recalde y todos los días hace 20 kilómetros para llegar a su lugar de trabajo. “No hay día que me levante y piense hoy no tengo ganas de ir, hoy me quedaría. Me encanta lo que hago, ese es el secreto”, dice.
Viaja en su auto, pero cuando llueve y el camino se pone difícil hace dedo hasta conseguir alguna camioneta que la acerque. “Enseguida me suben porque te imaginarás que en un lugar tan chico me conocen absolutamente todos”.
A veces, ni necesidad de salir a hacer dedo tiene. “Siempre aparece alguien que me avisa, Adriana mañana voy para Blanca, te venís conmigo”.
A la enfermería la lleva en la sangre. Además de su trabajo en Blanca Grande, hace guardias en Espigas, reemplazos de compañeras que lo necesiten y hasta algunos fines de semana, cuando le tocaría descansar, en sus tiempos libres aprovecha a trabajar en el Hospital de Olavarría.
“Desde muy chiquita me gustó y siempre decía que iba a ser enfermera”, recuerda. Estudió en Bolívar primero y luego en Azul hasta llegar a graduarse como Licenciada, porque siempre le gustó “formarme, aprender, capacitarme”.
El trato con la gente del lugar y con sus pacientes “es bárbaro. Por ejemplo ahora estoy de vacaciones pero hay algunos que me llaman que les hace falta algo y ahí estoy”. Saben que ella está siempre lista. Cualquier día, cualquier hora. Trabajando, de descanso. Con el frío del invierno o los días duros de calor del verano. Adriana está.
“Es que me gusta muchísimo mi trabajo. Nunca me pesa levantarme y salir”, nos cuenta.
Su hija Dolores siguió su vocación y su camino pero es enfermera en Pediatría. Adriana, en cambio, siempre prefirió la Atención Primaria, ese es su terreno, su lugar, lo que ama.
Su otra hija, Paula, estudia en Tandil.
Adriana está feliz entre Recalde y Blanca Grande. Por estos días celebra una noticia que esperó muchísimo y hoy está a punto de ser realidad: la nueva ambulancia que llegará y marcará un antes y un después en la zona.
“Me han ofrecido ir para Olavarría, de hecho algunos fines de semana que tengo libres me voy a trabajar al Hospital. Pero acá está mi lugar, estoy muy cómoda. Veremos cuando me jubile, que me faltan dos años y medio, pero hoy te repito que estoy feliz”.